Dejo este poema del gran poeta hindú Kipling. De jovencita lo tenía colgado en la pared de mí habitación, junto con los cantantes de moda.
Lo había olvidado y no hace mucho por casualidad lo encontré y recordé las veces que lo había leído siendo adolescente y veo que ahora todavía me sirve, sobre todo con algunos de los sucesos que he tenido que vivir ultimamente. Pero bueno, mientras pueda seguir aplicando luz a la oscuridad, todo va bien.
Si……..
Sí puedes conservar tu cabeza, cuando alrededor todos la pierden y te cubren de reproches.
Si puedes tener fe en tí mismo, cuando duden de ti los demás hombres hombres y ser indulgente para su duda.
Si puedes esperar y no sentirte cansado con la espera.
Si puedes siendo blanco de falsedades, no caer en la mentira;
Y si eres odiado, no devolver el odio, sin que te creas por eso, ni demasiado bueno ni demasiado cuerdo…
Si puedes soñar sin que los sueños imperiosamente te dominen.
Si puedes pensar sin que los pensamientos sean tu objetivo único.
Si puedes encararte con el triunfo y el desastre, y tratar de la misma manera a esos dos impostores.
Si puedes aguantar que la verdad por ti expuesta la veas retorcida por los pícaros para convertirla en lazo de los tontos;
O contemplar que las cosas a las que diste tu vida se han desecho; Y agacharte y construirlas de nuevo aunque sea con gastados instrumentos…
Si eres capaz de juntar en un solo haz, todos tus triunfos y ganancias, y arriesgarlos a cara o cruz en una sola vuelta;
Y si perdieras, empezar otra vez como empezaste;
Y nunca más exhalar una palabra sobre la pérdida sufrida.
Si puedes obligar a tus fibras y a tus nervios a que te obedezcan, aún después de haber desfallecido;
Y que así se mantengan, hasta que en ti no haya otra cosa que la voluntad gritando: Persistid es la orden.
Si puedes hablar con multitudes y conservar tu virtud o alternar con reyes y no perder tus comunes rasgos.
Si nadie ni enemigos ni amantes, pueden causarte daño.
Si todos los hombres pueden contar contigo, pero ninguno demasiado.
Si eres capaz de llenar el inexorable minuto, con el valor de los sesenta segundos de la distancia fina, tuya será la tierra y cuanto ella contenga;
Y lo que aún más vale, serás hombre hijo mío.
Sí puedes conservar tu cabeza, cuando alrededor todos la pierden y te cubren de reproches.
Si puedes tener fe en tí mismo, cuando duden de ti los demás hombres hombres y ser indulgente para su duda.
Si puedes esperar y no sentirte cansado con la espera.
Si puedes siendo blanco de falsedades, no caer en la mentira;
Y si eres odiado, no devolver el odio, sin que te creas por eso, ni demasiado bueno ni demasiado cuerdo…
Si puedes soñar sin que los sueños imperiosamente te dominen.
Si puedes pensar sin que los pensamientos sean tu objetivo único.
Si puedes encararte con el triunfo y el desastre, y tratar de la misma manera a esos dos impostores.
Si puedes aguantar que la verdad por ti expuesta la veas retorcida por los pícaros para convertirla en lazo de los tontos;
O contemplar que las cosas a las que diste tu vida se han desecho; Y agacharte y construirlas de nuevo aunque sea con gastados instrumentos…
Si eres capaz de juntar en un solo haz, todos tus triunfos y ganancias, y arriesgarlos a cara o cruz en una sola vuelta;
Y si perdieras, empezar otra vez como empezaste;
Y nunca más exhalar una palabra sobre la pérdida sufrida.
Si puedes obligar a tus fibras y a tus nervios a que te obedezcan, aún después de haber desfallecido;
Y que así se mantengan, hasta que en ti no haya otra cosa que la voluntad gritando: Persistid es la orden.
Si puedes hablar con multitudes y conservar tu virtud o alternar con reyes y no perder tus comunes rasgos.
Si nadie ni enemigos ni amantes, pueden causarte daño.
Si todos los hombres pueden contar contigo, pero ninguno demasiado.
Si eres capaz de llenar el inexorable minuto, con el valor de los sesenta segundos de la distancia fina, tuya será la tierra y cuanto ella contenga;
Y lo que aún más vale, serás hombre hijo mío.
Ruyard Kipling
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