Este pequeño cuento árabe nos recuerda que todo lo que hay en nuestro interior se refleja en el exterior. Si nos llenamos de cosas buenas las irradiaremos hacia los demás y si no son buenas también.
"Un sabio llegó al poblado de Akbar y la gente no le dio mucha importancia. Apenas atrajo el interés de un pequeño grupo de jóvenes. Muy por el contrario, fue objeto de chacota de muchos habitantes del lugar.
Cierto día paseaba con algunos de sus discípulos por la calle principal, cuando un grupo de hombres y mujeres se puso a insultarlo.
El sabio se les acercó, y les dio su bendición.
Al alejarse de allí, uno de los discípulos comentó:
-Ellos dicen cosas horribles, y usted les responde con bellas palabras.
El sabio respondió:
-Cada uno de nosotros sólo puede ofrecer lo que tiene.
¿Y TU QUE OFRECES?
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