Una vez acabamos una sesión de relajación, sea en danza o sea en yoga...sobretodo si se realiza a las 8:30 de la noche, y acabamos a las 9:30 después de los ejercicios..llega la impresionante tarea de tener que levantarse.
Una que está a punto de entrar en el limbo oye la voz del guia que te dice...
"Poco a poco iremos moviendo los dedos de los pies, de las manos, y nos levantaremos"
Y es cuando una piensa..."Ja! Pues aqui no me sacan ni con grua!!!".
Oyes como algunos pasos se dirigen hacia el vestidor, y también algunos susurros perezosos que poco a poco te hacen reflexionar.
"Debería levantarme, porque aqui sola no creo que me dejen"
Y en un acto de esfuerzo y coraje, una mueve un dedo, después un pie, después se incorpora...el mundo parece que se haya vuelto a colocar en su sitio...y voilà! con una cara de flipada te diriges al vestidor.
Menos mal que los demás también tienen la misma expresión dibujada en su faz...Parece que en esos momentos estemos celebrando la fiesta de los sonámbulos.
Es lo que tiene la relajación.