Esta es una sencilla y maravillosa oración que nos dejo San Francisco de Asís, un espíritu puro que amaba profundamente toda la creación y que se dio totalmente a los demás.
Creo que en esta sociedad con tanto egoismo, egocentrismo, rencor ,desesperanza... , esta oración mos invita a salir de nuestro ego y a descubrirnos un corazón amplio y generoso.
Haz de mí, Señor, un instrumento de tu paz.
Que donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa perdón;
donde haya discordia, ponga unión;
donde haya error, ponga verdad;
donde haya duda, ponga confianza;
donde haya desesperación, ponga esperanza;
donde haya tinieblas, ponga luz
y donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Haz, en fin, Señor, que no me empeñe tanto en ser consolado como en consolar;
Haz, en fin, Señor, que no me empeñe tanto en ser consolado como en consolar;
en ser comprendido, como en comprender;
en ser amado, como en amar.
Porque dando es como se recibe,
Porque dando es como se recibe,
olvidando es como se encuentra,
perdonando se es perdonado
y muriendo se resucita a la vida que no conoce fin.
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