En el camino del crecimiento personal vamos superando los obstáculos con los que nos encontramos. Debemos vencer los miedos, inseguridades, traumas, bloqueos... Pero hay un obstáculo bastante difícil de superar, es el orgullo espiritual. Si, llega un momento en el que la persona siente que ha adquirido muchos conocimientos y se cree en posesión de la verdad.
Este orgullo es más peligroso que el típico orgullo material porque al ser tan sutil es difícil de ver y más aún de reconocer en uno mismo, pero es absolutamente imprescindible deshacerse de él si se quiere avanzar en el camino de la evolución espiritual porque si no la persona queda totalmente estancanda y no se produce una autentica transformación interior.
El tratamiento para cortar este tipo de orgullo es la humildad y la bondad. Reconocer que este lado Divino que estás empezando a descubrir en ti mismo está en todas y cada una de las personas de este mundo, que nadie es superior a otro, que cada uno está en su camino y en su propio proceso evolutivo, el cual debemos respetar profundamente.
Las personas iluminadas de verdad no tienen la necesidad de alardear de ello. Solamente se dedican a compartir esa Luz y ese Amor que tienen dentro con los demás. Poseen verdadera sabiduría y voluntad de servicio, de ser útiles, de ayudar a crear un mundo mejor.
Hay que estar alerta.
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