El sábado realizamos el taller de Navidad. Este año teníamos, gracias a Zubel, la luz de la vela que esta siempre encendida en la cueva donde nació Jesús. Todos nos llevamos esta maravillosa luz en nuestro interior y en nuestras velas.
También escribimos nuestros deseos para el Año Nuevo pero liberándonos antes de todo los que nos sobra, de lo que no nos gusta para así poder atraer lo que si queremos en nuestra vida.
Había una poderosa energía y creo que todos sentimos a los Hermanos de Luz a nuestro lado, ayudándonos.
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