10/12/08

El Perdón


El perdón es liberador. Al perdonar liberamos a otra persona pero sobre todo nos liberamos a nosotros mismos.
A veces nos resulta muy fácil perdonar pero otras no lo conseguimos, hay demasiado rencor, demasiado resentimiento y no deja surgir el amor que es la energía que nos ayuda a poder perdonar a quien nos ha hecho daño, nos ha insultado, difamado o nos ha ofendido…

También deberíamos tener en cuenta que a veces sentimos que nos han herido pero el único herido ha sido nuestro orgullo, a veces nuestra imaginación o nuestro subconsciente crea enemigos donde no los hay. Creo que es importante reconocer que a veces buscamos culpables en los demás para nuestras propias limitaciones y frustraciones. Si nos damos cuenta de cuando hemos hecho esto damos un gran paso hacia delante.

El perdón viene del Amor. El rencor y el resentimiento vienen del odio.
Aunque queramos disfrazar el odio diciendo que no podemos perdonar porque nos han hecho mucho daño, o que lo que sentimos no es odio sino desprecio. Nos estamos engañando a nosotros mismos, porque todos estos sentimiento (rencor, resentimiento, rabia, odio, desprecio…) están en el mismo lado oscuro de la mente.
Sólo el Amor puede abrir nuestro corazón y dejar que entre la Luz para poder perdonar y perdonarnos, porque difícilmente podremos perdonar a los demás si no somos capaces de hacerlo con nosotros mismos. Perdonar nuestros propios errores y limitaciones nos da la flexibilidad para quitar la dureza de sentimientos.

¿Quién no ha hecho alguna vez daño sin querer, sin que fuera esa su intención?
Sin duda todos podríamos haber hecho las cosas mejor de lo que las hicimos. Igual como vemos que nosotros podríamos haber actuado de otro modo, también tenemos que entenderlo así con los demás. Todos actuamos con la sabiduría que tenemos en ese momento y lo hacemos lo mejor posible, aunque a veces nos equivocamos. Es mejor no juzgar a los demás, y si lo haces que sea con la misma medida con que te juzgas a ti mismo.
Entender que igual que nosotros cometemos errores,los demás también.
Mantener el odio solo genera más odio y va envenenando por dentro al que lo siente. Es mucho más sano perdonar.
O perdonas en esta vida o tendrás que hacerlo en otra, porque volverás a encontrarte con esa persona hasta que lo consigas, es la Ley del Karma. ¡Así que cuanto antes mejor!.

A los niños generalmente no les cuesta nada perdonar, pueden pelearse y al cabo de un rato ya están jugando otra vez. Quizás deberíamos recuperar esa capacidad de jugar con la vida. No tomarnos las cosas tan en serio y tan “a pecho”, porque el único que se ofende es el ego. Al Espíritu, al Ser, no se le puede ofender. Si conectamos con nuestra esencia resulta que podemos volver a ser como los niños, todo inocencia y pureza.

Os invito ha hacer una seria reflexión antes de acabar el año para ver que tenemos pendiente de perdonar en otra persona o en nosotros mismos.
Empecemos el año nuevo libres de rencor y llenos de Amor.

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